Esta formidable escena inicial de la película de Orson Welles es uno de los planos más deslumbrantes de la historia del cine.
La cámara enfoca unas manos que manipulan un artefacto explosivo y lo activan. Con un ligero escorzo, nos señala a una pareja que viene riéndose por la calle. El tic tac de la bomba comienza a sonar al tiempo que la banda sonora de Mancini se acopla magistralmente a ese sonido. El hombre coloca la bomba en el maletero del coche. La pareja sube al auto, arranca y circula lentamente por las calles. La cámara se eleva y sigue el recorrido del vehículo por las calles de la ciudad. Sin cortar en ningún momento el plano, va siguiendo a distintos personajes con los que se va cruzando el vehículo. El coche llega a un puesto de control y el conductor habla con el agente de aduanas. Vemos también a otra pareja que cruza caminando la frontera. Son Charlton Heston y Janet Leigh. La bomba estalla y con sólo ese plano, Welles nos ha suministrado la suficiente información para comenzar con la tensión al máximo.
El plano-secuencia inicial de «Sed de mal» dura más de tres minutos y es todo un prodigio por varias razones. En primer lugar, técnico, ya que está grabada con una cámara acoplada en una grúa móvil que recorre media ciudad. Un extraordinario virtuosismo técnico en el que Welles parece demostrar a todos que un único plano condensa todo lo que es el cine. También parece seguir esa idea de los pioneros, que aprendió del gran John Ford, de que el tempo de una película o de una escena no está en la secuencia sino en el plano.
En segundo lugar es un prodigio narrativo por la cantidad de información que nos revela. Primero lo obvio, se va a producir un atentado. Luego, sirve de presentación de los personajes. Nuestro policía acaba de casarse, va a pasar su luna de miel, acaba de solucionar un importante caso pero posiblemente ese caso no esté cerrado (Vargas recuerda en el puesto de aduanas que los Grandi son una familia mafiosa numerosa y que él solo ha detenido a uno de los hermanos). Luego, en tercer lugar descubrimos otros detalles como que estamos en una ciudad fronteriza. El tema fronterizo, las relaciones EEUU-Mexico, el racismo, estará presente en el devenir posterior de la cinta.
Finalmente este plano refleja o anticipa esa atmósfera opresiva, asfixiante por momentos que se va a reproducir en el resto de la película.
Entre las anécdotas de rodaje del plano-secuencia inicial de «Sed de mal» es destaca que esta escena tuvo rodarse de noche para evitar los destellos del amanecer. Dada la extensión de la misma y con muchos elementos a controlar se intentó rodar el mínimo de veces posible. Sin embargo, cada vez que la toma parecía quedar perfecta, el actor que interpretaba al oficial de aduana confundía su parlamento. Welles, harto de la situación y viendo que llegaba el amanecer, decidió que esa sería la toma definitiva. Le dijo al acto: «Si no recuerdas las líneas, no importa. Mueve los labios y lo resolvemos en postproducción. Pero, por favor, ¡no digas más ‘Lo siento, señor Welles!’».